Aquellos que gustan de coleccionar, libros especialmente, entenderán de qué habla esta entrada de Universo Abierto.
Desembalo mi biblioteca
Seguir leyendoEn Desembalo mi biblioteca Walter Benjamin en los que expresa su pasión por coleccionar, y de alguna de las recompensas que obtiene el coleccionista. En estos textos Benjamin nos va enseñando algunos tesoros de su colección: libros escritos por enfermos mentales, libros escritos para criadas en el siglo XIX, o libros infantiles. Son libros que quizá no tengan un gran valor por ellos mismos, pero que “tienen cosas que decir sobre su época mucho más notables que gran parte de los escritores que triunfaron”. Por ejemplo, la colección de libros para niños de Benjamin le permitió establecer con precisión la fecha y las circunstancias en las que el árbol de navidad entró en las casas alemanas, sustituyendo a las pirámides de luces.Desembalo mi biblioteca. Aquí está. No se encuentra aún instalada en los estantes, todavía no la ha envuelto el tedio ligero de la clasificación. Tampoco puedo recorrer sus hileras para revisarla, acompañado de interlocutores amigos. Pero no teman. Aquí me limito a rogarles que se trasladen conmigo entre el desorden de cajas desclavadas, en un ambiente saturado de polvo de madera, sobre un suelo cubierto de papeles rotos, en medio de unas pilas de volúmenes exhumados hace muy poco a la luz del día tras dos años de oscuridad, para compartir desde el principio, en alguna medida, algo del ánimo, nada elegíaco sino, al contrario, impaciente, que despiertan los libros en el auténtico coleccionista
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